Ahora pueden gozar ustedes ininterrumpidamente
de cadáveres mutilados, cuerpos grotescos colgando de
las farolas, jaurías de perros adiestrados en la caza
y devoración de sospechosos, de un primer ministro empalado
y sin ojos, con un gracioso alfiler de corbata
adornado con sus propios testículos.
JUAN GOYTISOLO (Paisajes después de la batalla)
Para muchos, la caída del muro de Berlín, como símbolo, ha representado el fin de una era: el fin del socialismo realmente existente. Escritores y filósofos, periodistas, ideólogos liberales, historiadores, políticos y gentes identificadas con la democracia como bien supremo, han celebrado de forma entusiasta ese momento culminante de la historia europea. Nos han dicho, entre sonrisas de triunfo y gestos de complicidad, que, de ahí en adelante, sólo la libertad, la justicia, el necesario mestizaje entre culturas, conformarían un período en el que la ciencia, el arte, y un fantástico desarrollo económico y social, darían paso a un nuevo orden a escala planetaria en el que la razón humana reinaría para siempre como norma soberana de conducta entre los hombres. Sigue leyendo