El presente texto fue publicado en su momento (Septiembre de 2011) por las revistas Sin Permiso y Trasversales, de Barcelona y Madrid, respectivamente. A Jordi Dauder tuve la suerte de conocerle en plena «transición democrática», durante unos años que fueron de profunda inestabilidad, pero que también forjaron un tiempo de grandes esperanzas. Esperanzas bien fundamentadas en el trabajo creativo y en el compromiso militante. Sirva, pues, su reproducción en La cuesta de Sísifo, como un recuerdo más y un homenaje a su memoria.
Vivir es mirar el sol frente a frente (Luis Cernuda)
Durante los primeros años de nuestra curiosa democracia, es decir, durante los primeros años de la tan publicitada «transición», y hasta el ascenso del PSOE al gobierno (que no al poder), la librería Leviatán, situada en la calle Santa Ana de Barcelona, cumplió un papel importante en la transmisión del pensamiento marxista revolucionario. Charlas, coloquios, presentaciones de libros y tertulias de toda índole, jalonaron una trayectoria que trascendía los estrechos límites de aquel espacio. Era conocida la filiación trotskista de sus integrantes, y, de hecho, esa isla de cultura y pensamiento militante era considerada en la ciudad como la vitrina de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR). Era, en algunos aspectos, un lugar que evocaba aquel otro que François Maspero había creado en París: La Joie de Lire. En efecto, comunistas de toda clase y condición e izquierdistas sin partido pasaron por aquel lugar, y, desde el encuentro fructífero o frustrado, la palabra de los marxistas que sí querían transformar de raíz esta sociedad se abría paso entre el oportunismo rampante de aquellas otras formaciones de carácter «socialista» que, abjurando del marxismo, lo reducían a la categoría de fetiche o mercancía averiada en trance de extinción. Pocas, muy pocas eran las figuras destacadas que se atrevían, con rigor científico y compromiso ético, a reivindicar durante esos años la vigencia del pensamiento marxista. Así, por ejemplo, recuerdo la intervención que Manuel Sacristán y Paco Fernández Buey realizaron en esa librería con motivo de la aparición del título dedicado a reproducir, íntegramente, los contenidos de la revista Comunismo, «órgano teórico de la Oposición Internacional en España». En ese volumen, editado por Fontamara en octubre de 1978, aparecían, entre otros, artículos y materiales muy elaborados de autores tales como Andrés Nin, Juan Andrade, Esteban Bilbao, León Trotsky, Alfonso Leonetti o André Malraux. Fue ésta una ocasión polémica, entre otras razones porque un histórico militante poumista, Jordi Arquer, tuvo la humorada de recordarnos, en el acogedor escenario de Leviatán, que «lo mejor del trotskismo es Trotsky… siendo, en cambio, lo peor de Trotsky, el trotskismo». Sigue leyendo