¡Que vienen los rusos!
Si la situación no fuera extremadamente delicada, la misma daría de sí lo suficiente para escribir un relato entre fantasmagórico y detectivesco y trufado además con generosas dosis de buen humor. Cataluña, que a lo largo de estos últimos años ha sufrido los embates de un nacionalismo tan grosero como ramplón (el propio, más el destilado por la incompetencia de una derecha tan carpetovetónica como inútil en su acción de gobierno), es ahora objeto de asechanza por parte, nada menos, que de una de las unidades de élite más temidas del Ejército ruso: la unidad militar cuyo código oculto no es otro que el conocido bajo la cifra 29155.